viernes, 15 de enero de 2010

11-Nos corresponde a nosotros hacerle juicio al comunismo

Entrevista con el Ingeniero Virgiliu Zbăganu, presidente del colegio del comité de reorganización del Partido Comunista Rumano, realizada por Peter Sragher en La verdad del jueves 12 de septiembre de 1991.

El debate sobre el tema de la izquierda se hace interesante y actual una vez que se contradice social, moral y jurídicamente su existencia en la Rumania de hoy. De este modo, respetando el principio del derecho romano “audiatur et altera pars”, hemos aceptado la solicitud de mantener un diálogo del Ingeniero Virgiliu Zbăganu, Presidente del Colegio del Comité de Reorganización del Partido Comunista Rumano.
Periodista– Me decía hace unos instantes que el país se dirigie hacia el fascismo. ¿Puede usted detener este curso hipotético? Y ¿qué entiende usted por fascismo?
Virgiliu Zbăganu– Nos encontramos ante una evolución bastante clara hacia una dictadura. Una dictadura de derechas. No se intenta ahora proscribir sólo un partido “comunista”, sino la proscripción de todo el movimiento de izquierdas. La izquierda es extremadamente dinámica en las condiciones actuales y la derecha intenta eliminarla del juego político. No se puede hablar de democracia en un país donde la izquierda no esté representada políticamente.

El proyecto del Partido Nacional Liberal demuestra la actitud antidemocrática más flagrante. Hay una ambigüedad total de términos y, si se adopta una ley semejante, ésta podría ser usada para proscribir cualquier formación democrática, no sólo las de izquierdas. Ni siquiera la formualción de aquellos miembros de la Carta para la Reforma y democracia es muy inspirada. ¿Qué significa “origen comunista”? ¿Cuándo nos vamos a decidir por fin a definir los términos? Esta ambigüedad es extremadamente peligrosa. ¿Cuáles son, de hecho, las formaciones “de origen comunista” y qué es el comunismo? En un año y medio habría sido pertinente precisar los términos. ¿Qué entiende la opinión pública por comunismo: sistema de partido único y economía centralizada? Según este criterio, ya no existe ningún partido comunista, porque ninguno de los partidos que existen ahora milita por el monopartidismo o la economía centralizada y de Estado, que prohíba la iniciativa particular.

– Considerándose (de acuerdo a la titulación) un continuador del Partido Comunista Rumano, considera que Ceauşescu fue un héroe y mártir?

– Podemos hablar de un Ceauşescu del principio, que ha tenido también algunas cualidades. Podemos hablar de un Ceauşescu del final, que ha tenido mayoritariamente defectos, pero lo esencial es que Ceauşescu ha sido un elemento clave en un sistema que tenía que morir, porque era bueno para morir. Lo significativo no es el hombre Ceauşescu. Él ha sido una función en un sistema totalitario, que tenía que desaparecer. El sistema totalitario no tiene nada que ver con el comunismo, sino que es un gran enemigo de éste. Nadie le ha hecho un mal mayor al comunismo que el llamado “socialismo real”.

– Sin embargo, ésta ha sido la única práctica del socialismo, la dictadura.

– Sí, así es. Creía que después de diciembre de 1989 la sociedad rumana seguiría una línea democrática y que las fuerzas de izquierdas podrían manifestarse. Infelizmente, a los acontecimientos se les ha impreso un talante anti-izquierda, por lo tanto antidemocrática.

– Ha hablado también de la responsabilidad que recae sobre los continuadores del Partido Comunista Rumano por los errores que se han cometido: el asesinato de cientos de personas en el Canal, en las prisiones políticas, etc. ¿Usted asume la responsabilidad de los hechos negativos?

– El único partido de los tres partidos tradicionales que asume su pasado es el Partido Comunista Rumano. Los otros dos, los liberales y los campesinistas no se lo asumen, sino que presentan su pasado como un oasis de libertad, de democracia, de hermandad. Nosotros identificamos los crímenes y los errores que se han hecho en nombre del comunismo y no nos desmarcamos de ellos. Ni los crímenes, ni los errores políticos emanan de la ideología, sino de la práctica social, de aquel doble pensamiento que existía en el sistema totalitario: entre la ideología oficial y los hechos prácticos existe una contradicción total y permanente. Por lo tanto, siempre que analicemos un aspecto del fenómeno totalitario tiene que sernos claro si nos referimos a un aspecto ideológico o a uno de la esfera práctica. Innumerables crímenes han aparecido en absoluta contradicción con la ideología comunista. Nosotros queremos un jucio al comunismo, ¡pero es a nosotros, y no a la derecha, a quien corresponde hacer tal juicio!

– En todos los lugares en los que se ha intentado realizar la experiencia comunista, ésta ha fracasado. ¿Cómo se explica usted esto?

– Ha existido sobre la faz de la tierra una sola experiencia principal, el stalinismo. Nosotros hemos sido la tercera generación poststalinista. Ha existido un solo modelo, viciado desde sus comienzos, yéndose por el modelo totalitario, anticomunista, porque no ha llevado al poder del pueblo, sino a la dictadura del líder carismático.

– ¿Incluso para los países occidentales?

– En los países del Oeste el problema es otro. Allí se ha propagado el fracaso de aquí. El hecho de que los partidos comunistas se hallen en un evidente retroceso no significa que siempre vayan a estar en retroceso. La izquierda se va a recuperar.

– Marx afirma que el objetivo supremo es la construcción de la sociedad socialista y comunista, la liquidación de la sociedad capitalista. ¿Es viable o anacrónico este objetivo?

– En La ideología alemana se da una definición muy bonita del comunismo: “El comunismo no es un ideal al cual someternos, sino el movimiento real que elimina los males de la sociedad actual”. Para nosotros, ser comunistas significa ver qué es lo que está mal en nuestra sociedad, y eliminarlo. No nos preocupa ahora cómo se verá Rumania dentro de cien o doscientos años, sino eliminar la ola de males que se abate sobre el pueblo rumano.

– Siendo ingeniero, ¿qué opinión le merece la tesis de la dictadura del proletariado?

– Se ha afirmado en una serie de situaciones históricas que un pueblo u otro vive la dictadura del proletariado. En realidad, jamás ningún pueblo ha vivido la dictadura del proletariado, sino que ha vivido sólo la dictadura en contra del proletariado, ejercida por un grupo de individuos en nombre del proletariado.

– El marxismo pronostica la muerte inevitable del capitalismo y el empobrecimiento progresivo de la clase trabajadora en el capitalismo. ¿No ha sido acaso contradicha esta frase por la historia?

– En la última fase de su vida, Marx ha dicho muchas inexactitudes, entre ellas la ley del empobrecimiento absoluto. Es evidentemente falsa, incluso Engels ha observado algunas inexactitudes, y Kautsky fundamentó teóricamente este error de Marx. El capitalismo encontró grandes recursos de adaptación; también adaptándose a las condiciones, ha empezado a perder una parte de sus rasgos fundamentales. ¿Cuánto queda hoy del capitalismo clásico en Occidente? En ningún caso es el capitalismo analizado por Marx.

– Marx y Engels consideraban sus enseñanzas como una guía en acción. ¿Cree usted que puede seguir siendo considerada, luego de la caída del comunismo, como una guía?

– Todo lo que escribieron Marx y Engels emanó de la realidad del siglo XIX, mientras que nosotros vivimos en el siglo XX. Tenemos que hacer colaborar a nuestra mente y analizar con nuestros propios recursos el mundo en el que vivimos. Una serie de las afirmaciones de Marx y Engels siguen siendo válidas, otras ya no lo son. Los problemas son dos: ¿cuánto de la “enseñanza” marxista-leninista ha sido correcta en el momento de su elaboración y cuánto de la realidad de entonces existe hoy? Es el deber de nuestra intelectualidad aclarar los aspectos de naturaleza ideológica. Infelizmente, nuestra intelectualidad se ha inclinado más hacia consignas rítmicas, a menudo sin sujeto ni predicado, que hacia un análisis serio. Es una de las tragedias del momento intelectual: el nivel de los debates es horrorosamente bajo. Por doquier constatamos un inmenso dogmatismo, la falta del deseo de informarse, de leer. No asistimos a debates de naturaleza ideológica, sino a una exhibición de pasiones.

– ¿Ha saludado el putsch de la Unión Soviética?

– No estoy de acuerdo con la idea de putsch; fue un vodevil. No entendí muy bien qué fue lo que pasó allí; de ningún modo fue un golpe de Estado. Tal vez se pudiera decir que fue un intento de dar un puñetazo en la mesa, cosa que se ha abandonado en cuanto aparecieron las primeras dificultades. Los analistas han pronunciado ya su palabra. Cualquiera que hubiese deseado dar un golpe de Estado, habría procedido de modo totalmente diferente. El camino hacia la democracia es irreversible. El totalitarismo ha hecho mucho mal, especialmente al comunismo. La izquierda debe jugar la carta de la democracia, porque la izquierda es por definición democrática. La diferencia entre una formación efectivamente de izquierdas y una de derechas es que la última defiende una serie de privilegios, mientras que la izquierda está en contra de los privilegios de cualquier índole, incluso los de la llamada nomenclatura.

– ¿Su objetivo prioritario es heredar la fortuna del viejo Partido Comunista Rumano (anhelada también por el Partido Socialista del Trabajo) o la reinstauración del comunismo?

– El objetivo esencial es instaurar una sociedad realmente democrática, con cuatro componentes: democracia política (juego parlamentario); democracia económica (la participación de los que producen en la toma de decisiones de la empresa, igualación de las diferencias entre los que ganan poco y los que ganan mucho, sin poner límites a la ganancia originada en el trabajo); democracia cultural y democracia informacional. Somos el único partido político que habla de esta democracia global.

– Me hablaba antes de la entrevista sobre un guión, que se aplica en Rumania y en los países del Este. ¿De qué se trata?

– En todo el Este de Europa se desarrollan unos procesos que parecen fotocopias. Nadie puede dejar de preguntarse si no será un guión elaborado por el mismo autor y distribuido para ser puesto en práctica en diferentes países. Se “implementa” en todo el Este una “terapia de shock”. En todos lados encontramos los mismos efectos, es decir, se arrojan masas de hombres a la miseria, a la promiscuidad. ¿Quién necesita esta Reforma que se desarrolla en el Este de Europa? Se nos dice una y otra vez que nuestros países se van a beneficiar de los frutos de esta reforma. ¿Cuándo? ¿En qué siglo? Analizando, constatamos que el Este de Europa no tiene cómo alcanzar el nivel de Occidente en unas generaciones. Me pregunto si un joven de 20 años va a lograr vivir como jubilado al menos como vivíamos nosotros en 1970… Nosotros no necesitamos esta reforma, pero ¿quién tiene necesidad de ella? Occidente, por supuesto. En todos lados se habla de la desindustrialización de Europa del Este, porque habría sido industrializada de modo aberrante, etc.

– ¿Usted ve todo como una especie de golpe dado por Occidente al Este mediante ciertas estructuras, grupos, etc.?

– En Checoslovaquia se revelaba en 1991 un plan bastante riguroso para la destrucción allí de unas zonas siderúrgicas. Occidente se benefició como consecuencia de los acontecimientos del Este de Europa. En 1990, en el Este de produjeron 10 millones de toneladas menos, en condiciones en las cuales el mercado del acero de Occidente estaba sobresaturado. Occidente se ha alegrado de esta ganga. Se produjeron decenas de miles de tractores, de automóviles, etc., menos por la desorganización de estos “mastodontes”.

– Tal vez también por la desintegración del sistema CAER, que ha hecho anular muchos contratos y desde 1991 se hicieron obligatorias las liquidaciones en moneda extranjera, etc. …

– El efecto práctico de la reforma es que la oferta de mercancías industriales del Este se reduce drásticamente y el beneficiario es evidentemente Occidente. Hasta ahora, Occidente ha ganado muchos, muchos miles de millones de dólares a costa de nosotros. Sólo nosotros hemos perdido.

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